Los armamentistas rusos lograron crear uno de los rifles de francotirador más silenciosos del mundo. Se trata de la última modificación del MTs-116M, adaptada para un cartucho de 12,7mm. Expertos consideran que este fusil podría ser el comienzo de toda una generación de armas de mano que funcionen bajo el principio de disparo sigiloso.
Una vez al año, los gigantes de la industria armamentista rusa se reúnen en las afueras de Moscú para revelar al mundo lo último en tecnología y mostrar su visión sobre el futuro de la defensa y seguridad. En el Foro Militar Internacional Army 2018, celebrado entre el 21 y 26 de agosto, la Oficina de Diseños Shipunov presentó su nueva modificación del rifle MTs-116M.
A lo largo de más de 20 años, el MTs-116M ha probado su efectividad en numerosas operaciones, a pesar de ser un arma no muy excepcional. Su amplia gama de modificaciones incluye cartuchos de 7,62×51mm (.308 Winchester), 7,62×67mm (.300 Winchester Magnum) y 8,6×70mm (.338 Lapua Magnum) con un alcance efectivo de entre 700 y 800 metros. La nueva versión, presentada en el Army 2018, mantiene el mismo diseño básico, pero un nuevo cañón permite convertir al MTs-116M en un silencioso depredador de 12,7mm.
En búsqueda del sigilo
Uno de los tantos mitos que Hollywood ha logrado introducir en la mentalidad colectiva es que los silenciadores de armas —o incluso una simple almohada— son capaces de reducir el sonido del disparo a un simple 'piu piu', inaudible incluso para las personas que se encuentran alrededor. En la vida real, si bien reducen parte del sonido emitido, los silenciadores siguen siendo mucho menos efectivos que sus prototipos del cine y de seguro no le permitirán pasar totalmente desapercibido.
No obstante, aniquilar al enemigo sin revelar su posición es una ventaja táctica cada vez más relevante en las guerras modernas, sobre todo para los francotiradores cuya misión principal es combatir sin ser detectados. Es por eso que los militares siguen buscando nuevas formas de silenciar las armas.
En papel, silenciar un arma tan tradicionalmente ruidosa como un rifle francotirador es una meta bastante desafiante. Por lo general, si quieres hacer callar un arma, lo lógico es reducir su calibre y no elevarlo como en la nueva MTs-116M. Los 12,7mm son cartuchos asociados a pesadas y ruidosas ametralladoras o fusiles francotiradores de largo alcance. Su bala pesa casi cinco veces más que la del 7,62mm. Es por eso que lo logrado por los especialistas rusos supone una verdadera hazaña de la ingeniería militar y una 'silenciosa' victoria en ese camino.
Entonces, ¿cómo lograron silenciar un arma tan monstruosa? La respuesta está en una tecnología desarrollada en la Unión Soviética.
Combatientes de una de las unidades femeninas de la Guardia Republicana de Siria luchan contra los radicales en las afueras de Damasco con el fusil MTs-116M (archivo)
Heredero de la Guerra Fría
Durante el enfrentamiento geopolítico que enfrentó a EEUU con la URSS durante la segunda mitad del siglo XX, ambos bandos lograron evitar una confrontación directa en el campo de batalla. No obstante, las operaciones encubiertas prosperaron, lo que dio un importante impulso al desarrollo de nuevas armas, tan sigilosas como mortales. Un claro ejemplo es la PSS, una diminuta pistola silenciosa diseñada en la década de 1970 para las fuerzas especiales soviéticas.
Cuando un arma de fuego convencional dispara, la mayor parte del sonido proviene de la rápida descarga de gas que empuja la bala a través del cañón. En ese sentido, una pistola y un corcho de champaña hacen ruido bajo mecanismos similares. La forma estándar de lidiar con esto es agregar silenciadores al extremo del cañón que desaceleran el gas, pero esta técnica tiene dos desventajas cruciales: retiene solo parte del sonido y afecta adversamente la precisión. Esta última no es muy relevante para disparos a corta distancia, pero lo es para los francotiradores que usualmente buscan mantenerse la más lejos posible del enemigo.
La PSS (las siglas de 'Pistola Autorecargable Especial', en ruso) funciona bajo otro principio. Su cartucho SP-4 de 7,62×41,5mm tiene un mecanismo de acción especialmente creado para el arma: entre la carga de pólvora y la bala se ubica un pistón especial. Al apretar el gatillo, la pólvora explotada, además de la bala, empujan también al pistón que cierra el cuello del cañón. De esta manera, los gases se mantienen en su interior, eliminando casi por completo el ruido causado por el disparo.
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