Los aviones exponen a una variedad de peligros a sus pilotos y las tropas en tierra, pero las autoridades ya no quieren ver dichos riesgos como críticos, según denuncia una ONG.
Funcionarios de la oficina del Pentágono que supervisa el proyecto del caza polivalente F-35 han reducido, pero solo en el papel, los defectos previamente descubiertos en el avión en lugar de eliminarlos. Un informe publicado en el sitio web de la ONG POGO (Project On Government Oversight) explica cómo lo hicieron.
Algunas de esas fallas ponen en riesgo vidas humanas. Sin embargo, lo que importa a los oficiales es evitar nuevas prórrogas de las fechas límite del proyecto y gastos adicionales, afirma el autor de la publicación, Dan Grazier.
Su investigación periodística se inspiró en una copia del acta de la junta de revisión de desperfectos, que se remonta al pasado 4 de junio. Según ese documento, los responsables rebajaron en una jornada la calificación de 19 fallas y deficiencias graves de la primera categoría a la segunda (menos graves). Para 10 de ellas los funcionarios ni siquiera establecieron un plan fijo de rediseño o reparación.
"En aras de la conveniencia política"
En algunos casos, la junta actuó de conformidad con las recomendaciones que les habían dado los ingenieros de prueba. Sin embargo, sobre el resto los funcionarios tomaron la decisión por su propia cuenta, sin justificar o comprobar que los defectos no sean en realidad tan graves como inicialmente los catalogaron.
La lista incluye un total de 966 fallas descubiertas en el avión furtivo de quinta generación. De esta cifra más de 110 pertenecían a la primera categoría antes de la revisión, es decir, podrían afectar a la seguridad u otros requerimientos críticos, poner en riesgo la vida del piloto, de las tropas en tierra o el cumplimiento de la misión.
El gran número de fallas reportadas "demuestra que muchas personas han trabajado meticulosamente para mejorar el diseño de ingeniería final para garantizar que sea seguro y eficaz", estimó el informe de POGO. Los expertos tardaron meses en clasificar los defectos, pero ahora "parece que gran parte de ese trabajo se ignora en aras de la conveniencia política y la protección de la financiación del F-35".
Ejemplos de fallas de 'categoría II'
En particular, la comisión reconoció, pero dejó sin solucionar, la falta de herramientas para que el piloto confirme las coordenadas del objetivo introducidas en las bombas guiadas antes de dispararlas. Los pilotos pueden ver qué información envían al arma, pero no los datos que se han guardado efectivamente en el sistema de guiado, algo que presenta peligros para el personal terrestre.
Entre otros ejemplos, el autor citó los problemas que causa en vuelo el gancho de la cola en la variante para la Fuerza Aérea, que tienen implicaciones potencialmente graves para la seguridad y la eficacia del combate. Las pruebas del gancho se realizaron desde el 2016 y demostraron que la herramienta daña el avión debido a la oscilación creciente.
Además, el transpondedor de identificación amigo-enemigo, que se comunica con los radares para confirmar de quién es la aeronave, no envía automáticamente la señal de emergencia si el piloto se eyecta de la cabina. El tripulante puede morir por negligencia o pasar horas sin que alguien sepa que ha tenido un problema, pero esa deficiencia también pasó a la segunda categoría.
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