Los drones se han vuelto cada vez más cruciales en los conflictos regionales, utilizados tanto por actores no estatales como estatales, incluidos Hamás, Hezbolá, los Houthis, Israel e Irán. La adquisición del WL-10B por parte de la RSAF permite llevar a cabo amplias misiones de vigilancia y reconocimiento aéreo sobre tierra y mar, especialmente cuando va armado con misiles aire-tierra guiados y bombas.
Se desconoce si la RSAF también ha seleccionado este tipo de municiones para su WL-10B, pero es poco probable que tampoco quieran esa capacidad de ataque. Si bien es cierto que la KSA ha normalizado sus lazos con Irán a través de un acuerdo negociado con China, su paz con los Houthis (también conocidos como Ansarallah) sigue siendo, en el mejor de los casos, tenue.
El grupo también goza de una considerable autonomía respecto a Irán y podría decidir de forma independiente reanudar las hostilidades con Riad, lo que podría parecer improbable dado lo mucho que se juegan Teherán, Riad y Pekín en evitar otra gran guerra.
El WL-10B está propulsado por un motor turborreactor montado en la parte trasera y pertenece a la categoría de vehículos aéreos no tripulados de combate (UCAV) de gran altitud y larga resistencia (HALE). Presenta una configuración de ala baja, casi como un fuselaje de cuerpo y alas fusionados. La designación “B” es una clasificación de la versión de exportación del WL-10.
La protuberancia del fuselaje delantero dorsal puede albergar un enlace para la navegación por satélite (SATNAV) y antenas de radiocontrol para conectar con la estación de control en tierra. Tiene un tren de aterrizaje triciclo y un conjunto de cola en forma de V ayudado por timones que controlan las superficies del vehículo aéreo.
Janes señaló que la entrada del motor tiene forma trapezoidal y un escape oculto. El UCAV posee una antena de comunicaciones y enlaces de datos de ultra/muy alta frecuencia (U/VHF).
Sorprendentemente, no lleva de serie un sistema electroóptico/infrarrojo (EO/IR) bajo el morro, como es habitual en los UAV. Es posible que se instale en la configuración que se venderá al ejército saudí durante la fabricación/montaje en la fábrica Aviation Industry of China (AVIC).
El UAV puede alcanzar una velocidad máxima de 620 kilómetros por hora y volar a 15.000 metros durante unas 20 horas. Puede transportar 900 kg de munición aire-superficie, incluidos misiles planeadores propulsados por cohetes y misiles ligeros antibuque YJ-9E.
Otros informes citan a funcionarios de defensa chinos que confirman que Pekín también utiliza el WS-10 en su ejército, lo que explica por qué KSA optó rápidamente por adquirirlo. Una plataforma de armamento ya en servicio en las fuerzas armadas del país promotor/vendedor es un gran argumento de venta. Transmite a los compradores que el arma tiene una utilidad militar práctica, además de un suministro constante de servicio postventa y disponibilidad de piezas de repuesto.
Las empresas de defensa chinas superaron a Rusia y Estados Unidos
Pero lo más notable fue la fuerte presencia de China en la exposición de defensa, que incluso eclipsó a sus homólogos rusos y estadounidenses, marcando su ascenso a la categoría de potencia aeroespacial de defensa creíble.
Según Breaking Defense, en la cobertura del Salón Mundial de la Defensa: “Las empresas de defensa estadounidenses, encabezadas por Lockheed Martin, Boeing y Raytheon, acudieron en masa a mostrar sus productos, pero fueron las chinas las que más espacio ocuparon fuera del país anfitrión, Arabia Saudí”.
Pekín también organizó por primera vez una demostración aérea, con cazas J-10 del equipo acrobático Ba Yi de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF).
Los datos facilitados por los organizadores indicaban que la superficie ocupada por China —gran parte de ella en la zona “China Defense”— ascendía a 4.668 metros cuadrados (más de 50.000 pies), la mayor de todos los invitados internacionales, por delante de Turquía, con una presencia descomunal de 4.355 metros, y Estados Unidos, con 3.335 metros. Rusia ocupó poco más de 800 metros cuadrados.
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