La plataforma de servicios del Saocom 1A ya está lista. (Foto: Gentileza)
El Saocom 1A es el primero de una constelación de aparatos que, en sociedad con la agencia espacial italiana, realizarán tareas de observación de la Tierra.
El cuerpo principal del primer Satélite Argentino de Observación con Microondas (Saocom) terminó de construirse en Bariloche y en cuestión de horas ingresará al centro de ensayos para someterlo a las condiciones que deberá soportar en su órbita, a 659 kilómetros de la Tierra.
Se trata de aparatos diferentes de los que terminaron de darle a Invap, la empresa del Estado rionegrino, chapa internacional en materia espacial: los Arsat, que medían, con sus aparatos desplegados 16 metros por 5. Los Saocom (se están construyendo los dos primeros de una constelación de cuatro) pesan unas 3 toneladas y miden 4,5 metros de alto por 1,5 metros de diámetro, aunque sus antenas desplegadas alcanzan los 10 metros.
Invap es proveedor en este caso de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), que acaba de informar que “se ha cumplido otra instancia de la construcción del satélite Saocom 1A de observación de la Tierra con radar de microondas”.
“Fue concluida la plataforma de servicios del satélite -continúa la información oficial de la Conae-, con todos los dispositivos de funcionamiento instalados en su interior, y las mantas térmicas que lo recubren en su exterior. Así el cuerpo del Saocom 1A tomó forma y configuración final de vuelo”.
La idea es lanzar el primero de los dos el año que viene y el segundo, el siguiente. Conformarán el Sistema Ítalo-Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias, que estará conformado también por los Cosmo-SkyMed, de la Agencia Espacial Italiana.
Los Saocom 1 tendrán una antena (Radar de Apertura Sintética o SAR) desplegable de 10 metros de largo por 3,5 metros de ancho. Una vez en órbita, podrán realizar mediciones de la humedad del suelo para uso agrícola o para prevenir inundaciones, detectar derrames de hidrocarburos en el mar y advertir de manera temprana focos de incendios forestales.
En el terreno de la planta que la empresa rionegrina posee en el este de Bariloche funciona también el Centro de Ensayos de Alta Tecnología (Ceatsa), una sociedad entre la empresa estatal Arsat e Invap cuyas instalaciones se estrenaron cuando se sometieron los satélites Arsat a las pruebas que determinaron su puesta a punto final.
El Saocom 1A entrará a los laboratorios del Ceatsa en breve, mientras el Saocom 1B continúa en la etapa de integración en el “cuarto limpio” de Invap.
La parte argentina de la constelación de satélites se completa con los Saocom 2, cuya fecha de construcción no tiene certeza aún, al igual que ocurre con Arsat-3.
Ayer, el ministro de Modernización de la Nación, Andrés Ibarra, que heredó las áreas de la disuelta cartera de Comunicación, dijo en la Conferencia Mundial de Desarrollo de las Telecomunicaciones que Arsat-3 “es una gran oportunidad para Argentina. Estamos viendo todas las alternativas”.
Nada dijo sobre la carta de intención firmada con Hughes Network Systems, de Estados Unidos, que avanza sobre la posibilidad de que el satélite se fabrique en Invap, sobre la base de una inversión argentina de 230 millones de dólares y una contrapartida de la firma estadounidense de 50 millones.
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