La declaración de la guerrilla llega después que seis campesinos cocaleros, dos dirigentes sociales y una indígena murieran en altercados en los que estaría involucrada la policía de Colombia.
El grupo terrorista ELN acusó este miércoles al gobierno colombiano de poner en "grave riesgo" el cese bilateral temporal al fuego pactado en Quito, tras la muerte de varios campesinos e indígenas presuntamente a manos de la fuerza pública en medio de protestas.
La muerte de seis campesinos cocaleros (dos de ellos indígenas), dos dirigentes sociales y una indígena kokonuko "expresan serios incumplimientos del gobierno, (que) de seguirse presentando estarán colocando en grave riesgo el cese" al fuego, señaló la delegación de paz del ELN en un comunicado difundido por video en su cuenta de Facebook.
Los campesinos cocaleros perdieron la vida en manifestaciones contra la erradicación de cultivos ilícitos por considerar insuficientes las ayudas económicas que ofrece el gobierno a cambio de que siembren productos lícitos.
En tanto que la mujer de la etnia kokonuko falleció mientras protestaba para exigir la devolución de un territorio considerado ancestral que es usado por privados para actividades turísticas.
Tras los incidentes la Defensoría del Pueblo de Colombia advirtió sobre la presunta responsabilidad de la policía, en un hecho que el gobierno ha adjudicado a disidencias de las FARC que se apartaron del proceso de paz. El lunes la policía colombiana suspendió a cuatro uniformados que presuntamente dispararon en las protestas que provocaron la muerte de los seis campesinos.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla activa en Colombia, pidió a las veedurías independientes que siguen el cumplimiento del cese al fuego "actuar de manera urgente sobre estas delicadas afecciones a los acuerdos" firmados en Ecuador, sede de los diálogos de paz entre los rebeldes y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
El comunicado fechado en Quito y leído por Aureliano Carbonel, miembro de la delegación, agrega que "después del primero de octubre, fecha de inicio del cese, se han presentado graves situaciones humanitarias que se convierten en una afrenta al espíritu y la letra del cese", que está previsto se extienda hasta el 9 de enero.
Carbonel recordó que el componente básico del acuerdo es "cesar las acciones ofensivas o ataques entre las fuerzas gubernamentales y el Ejército de Liberación Nacional y mejorar la situación humanitaria de la población".
La semana pasada en una entrevista, Pablo Beltrán, jefe negociador del grupo terrorista, dijo sin embargo que el acuerdo establece que "ningún incidente por sí mismo sea motivo de ruptura del cese".
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