Las
unidades de la Flota rusa del Mar Negro, con sede en la ciudad
ucraniana de Sebastopol, han sido puestas en alerta máxima ante posible
desestabilización en Ucrania, escribe hoy Nezavisimaya Gazeta.
La
alerta máxima también se ha activado en los cuarteles donde los
marineros rusos residen con sus familias. Tanto los efectivos de la
Armada rusa desplegados en Sebastopol, como la población local, en su
mayoría de habla rusa, están preocupados por los nuevos nombramientos en
las fuerzas de seguridad ucranianas.
Valentín Nalivaichenko, designado por el Parlamento ucraniano para
controlar el Consejo de Seguridad nacional, había presidido este
organismo durante el mandato del presidente Víctor Yúschenko. Se destacó
entonces por intentar poner todo tipo de trabas a la base naval rusa en
Sebastopol, recuerda el diario.
En particular, prohibió las actividades de contraespionaje militar
en las unidades de la Flota del Mar Negro, y limitó los desplazamientos
de sus vehículos por Crimea y de sus buques, en las aguas de la
península.
En declaraciones a Nezavisimaya Gazeta, el excomandante de la Flota y
hoy presidente de la comisión parlamentaria de defensa, almirante
Vladímir Komoyédov, compartió el temor de que los nacionalistas
ucranianos intenten denunciar los acuerdos sobre la base rusa. En
diciembre pasado, los presidentes Vladímir Putin y Víctor Yanukóvich
ordenaron a sus respectivos Gobiernos preparar un convenio para rearmar
la Flota del Mar Negro, recordó el almirante.
“La modernización de la Flota es un asunto pendiente desde hace
mucho tiempo. Pero en enero y febrero los preparativos del
correspondiente documento se suspendieron debido a los sucesos de Kiev. Y
ahora el futuro del acuerdo ha quedado en el aire”, explica Komoyédov,
quien augura un agravamiento de la situación en Crimea y en particular
en torno a la base naval rusa.
Sin
embargo, ve poco probable que en un futuro próximo se plantee la
retirada rusa de Sebastopol. “Hay un vacío de poder en Kiev y se avecina
una gravísima crisis económica. Sería de locos plantear el tema ahora. Y
de haber propuestas oficiales al respecto, Moscú no las tomaría en
serio”, dice.
El almirante Ígor Kasatónov, quien también estuvo al mando de la
Flota del Mar Negro, coincide con esta opinión. “No creo que vaya a
pasar nada extraordinario. Los acuerdos que existen sobre la permanencia
de la Flota del Mar Negro en Crimea se ajustan a todas las normas del
derecho internacional. Sea cual sea el nuevo Gobierno ucraniano, deberá
respetar el derecho internacional que prevalece sobre el nacional”,
sostiene.
Además, según Kasatónov, Rusia tiene bastantes mecanismos de presión
económica sobre Ucrania que serían eficaces incluso con un Gobierno
prooccidental. “Echar la Flota del Mar tendría para Ucrania un coste
demasiado alto”, resume.
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