Se inauguró la antena para el estudio del
espacio profundo (DS, por sus siglas en inglés), en la localidad
mendocina de Malargüe. Esta antena completa la red de tres estaciones de
monitoreo ubicadas en Australia, en España, y ahora, en Argentina, que
la ESA utiliza para seguimiento de sus misiones de exploración del
espacio. El 10% del uso estará destinado a la comunidad científica
nacional. La ESA ha invertido 45 millones de euros en la construcción
de la antena, ubicada 30 kilómetros al sur de la ciudad mendocina de
Malargüe y que fue elegida por presentar las mejores condiciones de
ubicación, por su visibilidad y potencial de propagación de radio,
informó la agencia europea.
De este modo, la denominada "DSA 3 Malargüe" se une a dos antenas ya
establecidas en New Norcia (Australia) y Cebreros (España), finalizadas
en 2002 y 2005, respectivamente. Con esta facilidad la ESA completa la
cobertura circunferencial para sondas de estudio del espacio lejano que
operan más allá de los 2 millones de kilómetros de la Tierra, en donde
"las comunicaciones requieren de actividades de apuntamiento mecánico y
calibración de gran exactitud", detalla un informe técnico de la ESA.
La cooperación con la Agencia Espacial Europea
La ESA y el gobierno de la República Argentina a través de la
Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), suscribieron en el
año 2009 un convenio para el establecimiento de la estación denominada
Deep Space 3 (DS3) en la localidad de Malargüe, provincia de Mendoza.
Equipada con una antena parabólica de 35 metros de diámetro e
instalaciones asociadas a su operación, la estación está dedicada a dar
soporte a las misiones espaciales europeas de exploración
interplanetaria.
La CONAE, en su carácter de organismo nacional a cargo del
desarrollo y coordinación de las actividades espaciales de la Argentina,
tuvo a su cargo la implementación del proyecto con la ESA y con los
organismos participantes del Estado Nacional y de la Provincia de
Mendoza. La CONAE también coordina para la comunidad científica del país
el uso de un 10% del tiempo de antena disponible, con el fin de
promover el acceso de los investigadores de nuestro país al uso de esta
importante red internacional, para sus propios estudios.
La instalación de la antena DS3 en Argentina es un hito
importante en el Plan Espacial Nacional, ya que de esta manera,
Argentina incursiona en el selecto grupo de países, junto a Estados
Unidos, Europa, Rusia, Japón y China, que manejan tecnología de
exploración interplanetaria. Argentina es el primer país de
Latinoamérica que se suma con un equipamiento de esta envergadura, a la
exploración del espacio; y no sólo para colaborar con la Agencia
Espacial Europea, sino también para que nuestros científicos generen
proyectos originados desde Argentina y con países de la región. Este
emprendimiento significa también un claro reconocimiento a las
capacidades de nuestro país a nivel científico-técnico, de recursos
humanos e infraestructura, para alojar un proyecto de tal magnitud.
El sitio elegido:
Seleccionado entre veinte lugares posibles de América y del país, el
sitio elegido para este importante proyecto está ubicado al sur de la
localidad de Malargüe, provincia de Mendoza. Así lo definió un estudio
técnico que se desarrolló durante 2008 y 2009, que comprendió una
exhaustiva evaluación de las condiciones de cada sitio propuesto. En
este proceso se analizaron aspectos relativos a las capacidades
existentes, las condiciones geológicas del terreno y la limpieza del
espectro radioeléctrico en la zona, entre otros requerimientos
necesarios para la instalación de la antena y de la infraestructura
asociada para su operación.
En el Espacio Profundo:
En el año 1998 la ESA decidió crear su propia red para el
seguimiento de satélites en el espacio profundo, dado el aumento de sus
misiones científicas con sondas interplanetarias. Para ello, se
necesitaban tres estaciones en el globo terrestre, separadas,
aproximadamente, 120° en longitud, para proporcionar cobertura continua a
los satélites y así compensar la rotación de la Tierra. Las misiones al
espacio profundo están situadas a distancias de la Tierra de más de 2
millones de kilómetros y para comunicarse con las sondas a esas
distancias, se requieren sistemas muy precisos tanto de apuntamiento
mecánico como de calibración de la antena.
La primera estación de espacio profundo de la ESA, la Deep Space
Antenna 1 (DSA 1), terminó de construirse en 2002 en Australia;
posteriormente, en 2005, se construyó la DSA 2 en España; y por último,
en este momento se finalizó la instalación, en Argentina, de la DSA 3.
Estas tres estaciones conforman la Red de Espacio Profundo de la ESA, y
son controladas remotamente desde el Centro Europeo de Operaciones
Espaciales (ESOC) en Darmstadt, Alemania. Están equipadas con antenas
parabólicas de 35 m de diámetro que aumentan el rango y la velocidad de
recepción de los datos necesarios para las presentes y futuras misiones
de exploración, tales como Mars Express, Venus Express, Rosetta,
Herschel, Planck, Gaia, BepiColombo, LISA, Solar Orbiter, Euclid y
Juice. Las antenas DSA 1 Australia, DSA 2 España y DSA 3 Argentina,
también tienen equipos para experimentos científicos que permiten a los
investigadores estudiar las características de la materia a través de la
cual viajan las señales de comunicaciones sonda-tierra.
Con su nueva red, la ESA se independiza de la
Red de Espacio Lejano de la NASA en el control de sus misiones en el
espacio profundo. No obstante, ambas agencias han reconocido la
importancia del seguimiento y el control de satélites de la NASA por
parte de estaciones de la ESA y viceversa, además de tener la
posibilidad de controlar con mayor fiabilidad sus respectivos satélites.
El hecho de contar con redes independientes, pero interoperables,
también supone una ventaja en caso de emergencia de un satélite o de
fallo de una estación.
Las futuras misiones al espacio profundo generarán crecientes
cantidades de datos desde cientos de millones de kilómetros y requerirán
frecuencias mucho más elevadas para aumentar la capacidad de
transmisión de datos. Por ello, la ESA ha introducido, tanto en DSA 2
Cebreros como en DSA 3 Malargüe, la capacidad de recepción de señales en
la banda K, mejorando significativamente el funcionamiento de la Red de
estaciones de la ESA.
Asimismo, la estación de Malargüe está
preparada para recibir señales en la banda K (25.5-27 GHz) en futuras
misiones que requieran una alta velocidad de transmisión de datos,
disponible gracias al mayor ancho de banda existente en banda K.De
acuerdo a las condiciones locales, hay ciertas diferencias entre las
tres antenas como pueden ser la resistencia al viento, la velocidad de
giro o la resistencia a los movimientos sísmicos. Todas las estaciones,
para reducir el ruido eléctrico del sistema y mejorar la recepción de
las debilísimas señales que llegan de los satélites, están equipadas con
receptores de bajo ruido enfriados a –258 grados centígrados y utilizan
transmisores de banda S (DSA 1) y banda X (DSA 1, DSA 2 y DSA 3) de
hasta 20kW para transmitir órdenes al espacio.
Características de las Antenas de Exploración del Espacio Profundo:
Altura: 40 metros
Peso del reflector: 130 toneladas
Peso partes de elevación: 380 toneladas
Peso partes móviles: 610 toneladas
Torre de hormigón: 1910 toneladas
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